La confusión del sufrimiento mental

Si me preguntaran que cómo se siente vivir con trastornos

mentales, además de vivir cansado, yo diría que confundido.

La confusión es parte del núcleo del inicio y desarrollo de esa vida,

no importa a qué tantas verdades sobre tu vida hayas accedido.

Incertidumbre es una de las cosas que más se siente: ¿Qué es esto? ¿Por

qué me siento así? ¿Esto tiene nombre? ¿Hay alguien más que

se sienta así? ¿Cómo le explico esto a alguien? ¿Debería bus-

car ayuda? ¿Por qué duele tanto? ¿Estoy loca? ¿Por qué estoy

tan asustado? ¿De qué exactamente? ¿Cómo esto se relaciona

con aquello? No importa qué tan bien intentes responder

estas preguntas, las respuestas a veces solo llevan a tener más

preguntas. Las personas usualmente piensan que las personas que

viven con trastornos mentales, saben lo que sienten a claridad,

por qué se sienten así y qué necesitan. La

verdad es que, frecuentemente, están más confundidos que los demás.

Se vive en un constante «¡¿Qué demonios?!».

Pienso que parte de la «confusión» que abruma es realmente negación.

De hecho, en momentos exactos de la vida se sabe la respuesta a los pesares,

y hasta se te son facilitadas. Aun así, se llega a la conclusión, sin embargo, de decidir volver a viejos hábitos, volver a la costumbre de estar mal. La costumbre de

estar mal lleva consigo la «confusión» de «no saber» qué me

pasa, «cómo me pasa» ni «cómo arreglarlo», si es que hay

«algo» que arreglar. ¿Estás confundido o estás escogiendo la

confusión porque es más sencillo mantenerte en la costumbre

de la confusión que enfrentarte a aquello que duele y es la

respuesta a tu dolor?